sábado, 12 de junio de 2010

II. UN PASEO POR LA HISTORIA: VERTEDEROS LINAJUDOS (III)

3. LOS TITANES NEGROS DEL XIX: CARBÓN Y DESCENDIENTES…

A/ LA ERA DE LOS COMBUSTIBLES FÓSILES
A esa contaminación de desechos biológicos, común ya en ciudades romanas y medievales, la revolución industrial trajo otro tipo de contaminación, la ambiental atmosférica, producto de las industrias químicas y siderúrgicas principalmente, pero también por una mayor utilización del carbón, por concentración de la población en áreas urbanas, de fogones y chimeneas que emitían humo incesantemente.
La utilización de carbón es un hito importante en la contaminación urbana. En efecto, en el siglo XIII, Londres comienza a sufrir la escasez de leña para las industrias y las necesidades básicas de la población; pronto, este combustible es reemplazado por carbón. Historiadores comentan los problemas de salud, deterioro de construcciones, visibilidad y también el efecto de la polución en las plantas. Las máquinas a vapor, grandes consumidoras de combustibles fósiles, agudizan el problema y lo hacen extensivo a prácticamente todas las ciudades prósperas de la época.
Ha sido a partir de la segunda guerra mundial cuando la contaminación ha alcanzado mayores proporciones. Junto con el desarrollo que nos ha traído la revolución industrial y los avances en química, llegó la contaminación a gran escala y sus problemas asociados. Plásticos que no se degradan con el paso del tiempo, petróleo y productos químicos como insecticidas han sido los más contaminantes.

B/ BUSCANDO SOLUCIONES
A partir del siglo XIX, especialmente a raíz de la Revolución Industrial, los problemas de contaminación se hacen más severos y se inicia la preocupación por el saneamiento ambiental. Quizás el Reino Unido fue el primer país europeo que reglamentó los usos del carbón y otras sustancias contaminantes.
Sin embargo, es interesante analizar el hecho de que el aumento de algunos contaminantes como el SO2 no siguió la tendencia evolutiva esperada, la que habría llevado a las ciudades a catástrofes de magnitud. Esto se debe a que en el siglo XX las ciudades crecieron cuando el transporte se hizo eficiente; de allí que había mayor volumen de aire para la dilución de los contaminantes. También el cambio de combustible, de carbón a gas o petróleo, fue importante. A su vez, la electrificación masiva de algunos servicios como el transporte y la iluminación colaboraron a aminorar los efectos del aumento explosivo de la población. Por último, la legislación ambiental, así como la labor de los ecologistas en el último tiempo, ha ayudado a paliar el problema. En la actualidad el público comienza a presionar por aire más limpio y el desarrollo de los medios de comunicación ayuda a la toma de conciencia.

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